HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

viernes, 1 de mayo de 2009

Cándido o el optimismo, de Voltaire

Voltaire fue filósofo y escritor. Su pensamiento le consagró como uno de los principales representantes de la Ilustración, una corriente intelectual que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad, hasta el punto que defendían como la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición, la tiranía, y construir un mundo mejor.

Cándido es un personaje inexperto y desventurado. Lleva una vida armoniosa en el castillo de Westfalia, siendo educado por el perceptor y filósofo Pangloss (parodiando a Leibnitz) junto a su amada Cunegunda, la hija del barón. Un día surge un roce de pasión entre ellos y el barón les ve a lo lejos del jardín. Inmediatamente Cándido es desterrado del Castillo del señor barón de Thunder-ten-tronck de Westfalia, Alemania. A partir de ese momento empieza todo un vertiginoso viaje de desgracias, torturas, tensiones y desengaños manteniendo como fin absoluto recuperar a su amada Cunegunda.

Esta obra se escribió en 1759 y se sitúa en un periodo tumultuoso de Europa debido a la Guerra de Sucesión de Austria y la Guerra de los Siete años. Fue inmediatamente condenada en Ginebra por sus irónicas críticas a la filosofía leibnitziana, por sostener que en toda ella no había nada útil que fuera original, ni nada original que no fuera absurdo y risible. El libro se opone con virulencia al optimismo filosófico de Leibniz y de Christian Wolff, personificado en la figura de Cándido, desmontado una y otra vez los argumentos del racionalismo optimista infantiloide y cegato frente a los problemas presentes.

-Oh, Pangloss –exclamó Cándido-. Jamás me hablaste de semejantes abominaciones, y por lo que veo y he visto son hechos concretos y verídicos. ¿Habré de renunciar a compartir tu optimismo?
-¿Qué es el optimismo? –inquirió Cacambo.
-No es sino el empeño de sostener que todo es magnífico cuando todo es pésimo –explicó Cándido."

Cándido
es una deliberada sátira contra clérigos, nobles, reyes y militares al igual que lo fue hace más de quinientos años el Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam, pero en este caso jugando con los personajes y el contexto histórico y social de finales del siglo XVIII y aportando un interesante debate entre el idealismo preconcebido (superchería, religión, la guerra, la pena de muerte, la tortura, el estado, etc) o el idealismo realista y empírico basado en el aprendizaje permanente tras las experiencias de la vida.

"El destino del hombre es vivir en las convulsiones de las angustias o en el paroxismo del fastidio."

Todo este tumulto y contraste de ideologías se encuentra inmersa dentro de una acción trepidante por parte del protagonista. La lectura se agita con una dinamismo incesante. Cándido recorre el mundo en noventa páginas, desde Bulgaria, Holanda, Portugal, España, El Dorado, o Turquía. Las páginas se te escapan entre las manos suscitando una ejemplar reflexión. Voltaire consiguió hacer llegar todo este enriquecedor conocimiento filosófico al pueblo a través de un lenguaje sencillo y por medio de la literatura en el transcurso de un siglo particularmente agitado en materia política, social y religiosa. El motivo por el que escribe esta obra es porque entiende que hay alguien tan inteligente que aprende de la experiencia de los demás, y por ello deja dicho al finalizar la obra que el único remedio para hacer la vida tolerable es el trabajo. De nada sirve buscar fines ni mucho menos presuponer que existe cierto orden racional en el mundo susceptible de crear las condiciones necesarias en las que pueda desarrollarse una vida virtuosa y justa.

"- Lo que sé es que hay que cultivar nuestro jardín –le interrumpió Cándido.
- Tenéis razón –reconoció Pangloss-, porque cuando el hombre fue colocado en el jardín del Edén fue puesto ut operaretur eum para trabajar. Prueba de que el hombre no ha nacido para el ocio.
- Pues trabajemos sin discutir –concluyó Martín-. Es el único medio de hacer la vida tolerable."

Qué interesante cuento filosófico. Y a todo esto... ¿no será José Luis Rodríguez Zapatero un clon de Pangloss, una réplica de Leibniz? Resulta que hoy...


Bruselas prevé 4.700.000 parados en España para el 2010.
Un 20,5% de paro. El más alto de toda la Unión Europea.


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