HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

sábado, 1 de agosto de 2009

Memorias del subsuelo, de Fiodor Dostoyevski

Esta obra influyó notablemente en La Metamorfosis de Franz Kafka, y desde ella, por su importante trasfondo psicológico, se pueden comprender mejor aún los textos posteriores de Dostoyevski, como Crimen y Castigo, Los endemoniados o El jugador.

Se trata de la obra de mayor contenido filosófico del autor. Un funcionario
de cuarenta años de la ciudad de San Petersburgo sin nombre ni identidad concreta, narra las memorias de su tragedia personal. Se plantean las cuestiones más extremas que un hombre pueda hacer. Su discurso lo destina a la humanidad entera y oscila entre el ensayo filosófico y la representación en secuencias de su personalidad pusilánime y enferma. Su objetivo es el de rechazar el orden inclemente que le niega un sitio en el mundo. Se alza como paradigma de los desplazados, de los huraños, de los solitarios. Este narrador del subsuelo es también la imagen del hombre moderno, habitante de ese semisótano que resulta ser el hermetismo individualista, arrojado a un Palacio de Cristal, en una ciudad escaparate de la soledad, en la que cae una nieve casi mojada, amarilla, turbia.

Memorias del subsuelo
es una obra contradictoria y llena de matices donde logra crear
un sujeto retórico de difícil imitación, uno de los mejores y más impactantes antihéroes de su ingente producción novelística, como fueron Raskólnikov o Iván Karamázov. El innegable rechazo a la imposición burocrática y su réplica al libro ¿Qué hacer? escrito por Chernyshevski se aúnan en todo un tratado de idealismo realista, de la mano de uno de los más excelsos escritores de la Literatura Universal.

Esta obra fue escrita en un momento de evidente crisis personal en la que el autor padecía grandes trastornos emocionales producto del fallecimiento de su esposa Maria Dmitrievna Konstant Isaeva, el 15 de abril de 1864, y de la posterior muerte de su hermano más cercano, Mijaíl. A estos problemas personales, se agregaban además la clausura de sus revistas por parte de las autoridades y su adicción al juego, que le traería graves problemas financieros.

La novela es muy corta y está organizada en dos partes. La primera consta de once capítulos breves, llamada La Ratonera. Básicamente es un monólogo interior en el que se nos presenta al protagonista, un miserable funcionario frustrado, como un antihéroe contradictorio, enfermizo y excitable, que dirige su charla a un público inexistente. El narrador de la historia, un hombre paradójico, el hombre del subsuelo afectado por la marginalidad, que en su infelicidad se dedica a pensar y a planear venganzas, y se aplica en hundirse aún más en su tragedia (su ratonera, o bien su sentimiento de culpa), refiere sus pensamientos sobre la ley natural, el racionalismo y el libre albedrío, dando salida a las auténticas preocupaciones que albergaban la mente de Dostoyevski. Aquí desarrolla una profunda reflexión acerca de la contradicción que surge respecto a la noción de bien y libertad que desafía la idea tradicional de racionalidad: el hombre del subsuelo no puede ser subsumido en ninguna explicación ortodoxa de la maldad, ya que, por un lado, no actúa en desconocimiento de los principios morales que podrían ser calificados de correctos; y, por otro, no se halla simplemente dominado por sus pasiones morales. Actúa, según la explicación que presenta de sí mismo, en contra de sus principios morales con el objetivo de liberarse de éstos. La segunda parte, que nace a propósito de la "caída de nieve húmeda", consiste en el relato de una memoria del narrador, donde adquieren sentido los pensamientos expresados en el primer apartado, los cuales en ocasiones pueden resultar confusos o desorganizados. El protagonista cuenta algo ocurrido en su juventud, relacionado con la despedida a Zvérkov, uno de sus antiguos compañeros de escuela, que pensaba marchar a una provincia, la humillación que sufre de parte de sus padres y que se autoinflige, y la forma en la que posteriormente conoce a Liza, la prostituta a la que deshonrará al final de la obra.

Si la leen, váyanse preparando, porque requiere hiperventilación y tiempos de reposo. Es dura. Destaco sobre todo la capacidad que tiene de expresar cada movimiento que realiza su pensamiento y la transparencia de sus exposiciones. Leer a Dostoyevski se convierte en una actividad monumental. Se aprende mucho.

“Quiero vivir para satisfacer todas mis facultades vitales y no para satisfacer unicamente a mis facultades racionales, esto es, una veinteava parte de todas mis facultades vivas.”

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