Perdido y vilipendiado. Katherina Blum es una atractiva mujer, empleada de hogar, eficiente, romántica, algo ingenua. La noche de carnaval baila con un desconocido y deciden irse juntos a casa. A la mañana siguiente él se marcha y ese mismo día la policía acude al apartamento de Katharina para llevársela a comisaría con el fin de que les informe sobre este incierto individuo, que resulta ser atracador de bancos y sospecho de asesinato. La prensa sensacionalista rapaz inicia su fétido "trabajo" emitiendo licenciosos juicios sobre Katherina Blum. Y sobre su familia. Y sobre su pasado. Y sobre cualquier detalle que potencie el escándalo y el oprobio. Mentiras, difamaciones y calumnias se extienden por la opinión pública con mayor facilidad que la verdad.
El honor perdido de Katharina Blum fue escrito en 1974 por Böll, un maestro de la literatura, dos años después de haber recibido el Premio Nobel. En 1975 fue llevada a la pantalla por Schlöndorff. Böll describe al estilo de crónica novelada la realidad social de los años setenta y de como el imperio mediático sensacionalista servía de instrumento fiel a los oscuros intereses del poder mientras una frágil mujer cometía como único pecado haber sido demasiado honrada.
Cuando el periodista acude a casa de Katherina Blum viviremos una de las escenas más potentes y heroicas de la literatura del siglo XX. Su final es glacial. Todos los flashback que aparecen durante la narración conectan en un punto de explosión literario donde los hechos que Böll proyecta para sus dos últimas páginas nos redimirán de la tensión sufrida. La obra es un magnífico reportaje que reprocha con dureza la inmoralidad del sistema capitalista y a sus esbirros amarillos. Me declaro, por siempre, fan acérrimo de Katharina Blum.
El honor perdido de Katharina Blum fue escrito en 1974 por Böll, un maestro de la literatura, dos años después de haber recibido el Premio Nobel. En 1975 fue llevada a la pantalla por Schlöndorff. Böll describe al estilo de crónica novelada la realidad social de los años setenta y de como el imperio mediático sensacionalista servía de instrumento fiel a los oscuros intereses del poder mientras una frágil mujer cometía como único pecado haber sido demasiado honrada.
Cuando el periodista acude a casa de Katherina Blum viviremos una de las escenas más potentes y heroicas de la literatura del siglo XX. Su final es glacial. Todos los flashback que aparecen durante la narración conectan en un punto de explosión literario donde los hechos que Böll proyecta para sus dos últimas páginas nos redimirán de la tensión sufrida. La obra es un magnífico reportaje que reprocha con dureza la inmoralidad del sistema capitalista y a sus esbirros amarillos. Me declaro, por siempre, fan acérrimo de Katharina Blum.
3 comentarios :
Böll nunca decepciona.
Tengo esta lectura pendiente ya que tanto el autor como el tema me interesan bastante. No sé hasta qué punto Böll pudo anticipiar la actual situación mediática (ni hasta qué punto nosotros podemos anticipar la venidera).
Un saludo.
Parece ser que la literatura siempre ha dejado rastros evidentes sobre el modo en que avanza la sociedad. "1984" es uno de los más notorios y conocidos. Pero me viene a la cabeza un libro de ciencia ficción que leí en la universidad titulado "ORA:CLE" de Kevin O´Donell. No existía rastro de él, estaba descatalogado y a los dos años lo encontré de forma insólita en una librería de segunda mano. En la narración hay unos seres llamados Dacs que podrían equipararse a estos psicópatas y destructivos periodistas de la prensa amarilla. Son libros que describen y vaticinan. Es un privilegio quedar avisados. Si lees el asedio contra Katherina Blum te quedarás muy satisfecho con su final. Es catártico.
Saludos, Gww.
Saludos, Palimp.
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