HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

lunes, 26 de julio de 2010

Guardianes de la intimidad, de Dave Eggers

Este tipo me gusta. Tiene estilo. Su escritura es limpia. Reluciente. Narra con transparencia. Es inteligencia integral impresa en papel. Su ritmo... elegante. Transmite y contagia. Tiene buen rollo, es potente, decididamente coherente y suscita un idealismo de mejora, una insurgencia política y cultural desde todos los ángulos de su expresión. El 80% de sus frases son cortas y redondas. La novela es una lluvia. Moja.

Dave Eggers es posiblemente el mejor escritor joven que publica en nuestro planeta. ¿Por qué? El libro en sí se convierte en un absoluto artilugio artístico, guardián de lo más autentico y racional. Su edición es pluscuamperfecta. Sus frases, concisas. Salpican una sensibilidad superior. Uno siente estar en una cápsula formada por una membrana literaria que te transporta a distintas escenas desde las cuales vivenciar el mundo con una mirada que roza la totalidad. El cierre de cada relato provoca una explosión de conciencia, una vigilia transpersonal. Se trata, inexorablemente, de un intenso Huracán en papel. Constátenlo en su intimidad. Este tipo sabe lo que hace.

“Dios es el sol. Lo que no sé es porqué no caímos antes en la cuenta. El sol estaba todos los días, ardiendo, con nuestro planeta y los otros girando a su alrededor, siempre disculpándose, y no se nos ocurrió que era Dios. ¿Para que iba a existir un Dios y además el sol? Por su puesto que Dios es el sol.”

domingo, 11 de julio de 2010

Las afinidades electivas, de Johann Wolfgang von Goethe

Elegí esta obra con el deseo de inundarme de universalidad y una vez más quedé satisfecho. Aquí se haya un lúcido estudio sobre el porqué de nuestras afinidades electivas, un trasunto que explicaría incluso el origen de este blog dedicado a la literatura y que persigue insistentemente la llegada de un Nuevo Huracán en papel. Antes de que esto ocurra tengo la necesidad de explorar las joyas precedentes que escojo con la libertad que me otorgan mis pasiones más absolutas: devorar la más pura literatura. Esta es una.

Cada pueblo, cada época ha de crear su propia literatura. El genio poético se destaca por extraer de su sustancia una creación dramática tan natural, grande y original como los griegos hicieron con la suya. La literatura construye una totalidad viva con el lenguaje que es una forma de pensamiento, un diccionario del alma en lenguaje y poesía formando una unidad. El lenguaje no es el mero envoltorio del pensamiento, sino el instrumento del pensar mismo. Y el lenguaje expresa a la vez al hombre entero y cada una de las lenguas a un pueblo, una personalidad colectiva o carácter nacional que le habla a lo largo de la historia. Y de esto deduzco que la literatura no puede consistir en una mera imitación de anteriores modelos literarios puesto que la historia no se detiene sino que se transforma, está viva y en constante tránsito.

Las afinidades electivas supuso en su época un cambio hacia una Nueva Literatura y por lo tanto hacia un nuevo pensamiento insurgente que hoy conocemos como romanticismo, priorizando por encima de todo los sentimientos, la fantasía individual, la creatividad frente a la imitación neoclásica, la exaltación del yo y la primacía del genio creador de un universo propio fracturando los patrones estéticos y filosóficos del Clasicismo basados en la búsqueda de la belleza ideal por medio de la sencillez, la proporción y la armonía. Goethe se reveló contra este canon racionalista lacerante y aburrido con el fin de darle a lo corriente un sentido sublime, a lo cotidiano una apariencia misteriosa, a lo conocido la dignidad de lo desconocido y a lo finito un semblante infinito.

Johann Wolfgang von Goethe se convirtió en una de las personalidades literarias más ricas, versátiles e influyentes de todos los tiempos. Representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos del «yo» como galería de subjetivismo del poeta como demiurgo de una cosmovisión autosuficiente, pletórica y pasional. Y la mejor manera para explicar esto es a través de la literatura. Goethe eligió a dos enamorados: Eduardo y Carlota. Veamos cual es su contexto y sus pretextos. Les interesará.

Eduardo y Carlota se quisieron de jóvenes apasionadamente pero sus compromisos familiares les separaron. A Eduardo, su padre le hizo unirse a una mujer rica bastante más vieja y Carlota tuvo que darle su mano a un hombre acomodado, respetable, pero a quien no quería. Con el tiempo volvieron a quedar libres. Primero Eduardo, al morir su mujer, dejándole como dueño de una gran hacienda y más tarde Carlota, pudiendo reencontrarse y vivir juntos sin estorbos en un romántico castillo. Carlota tiene una hija adolescente, Luciana, a la que ha enviado a un internado, al igual que a su sobrina Otilia, su protegida. Carlota se encarga de todo lo relacionado con la casa y Eduardo con todo lo de fuera , el jardín y los exteriores de la finca. Quieren vivir al encuentro de todos sus deseos, sólo para ellos y probar un tiempo para ver hasta donde pueden llegar de esta manera. No dejan entrar nada que sea un estorbo, nada que les sea ajeno. Sin embargo toda esta idílica armonía se romperá con la llegada de la joven Otilia. Joven, hermosa, educada y mucho más moderna, que quiebra todos los cánones del clasicismo en favor de un nuevo modo de entender la existencia: el romanticismo.

La lealtad, la fidelidad, las afinidades, el deseo y el fantasma del adulterio se convocan en la trama de esta magnífica novela, cuya modernidad y lucidez a la hora de examinar las relaciones humanas siguen siendo sobrecogedoras.

La obra muestra con inteligente subjetividad el malestar del hombre en la sociedad en la que está inmerso, encorsetado por las diferencias sociales y las hipocresías morales. El tema del genio de la juventud en contra de los estándares aceptados y su entusiasmo por la naturaleza también está muy presente, contrarrestando lo anterior. Surge una necesidad de crear desde dentro y darle paso a todas nuestras afinidades electivas. En este sentido Goethe escribe como un Charlie Parker literario, con plasticidad. Rompiendo la rigidez de un canon calcificado.

La creación o la naturaleza, actúa y se revela mediante los sentidos y las pasiones, y los sentidos y las pasiones ni hablan ni entienden otra cosa que imágenes, las cuales Goethe salpica con gran maestría. La interpretación imaginativa de la creación del mundo y de la naturaleza contienen en este caso más verdad que las teorías ilustradas y nos fomenta la lucha por suscitar las capacidades creativas. Un lujo. Un Huracán en papel que no nos podemos perder. Mucha atención a los Diarios de Otilia. Contienen una gran belleza cognitiva. Yo me he enamorado de su prosa.

“En todos los seres naturales que observamos, notamos ante todo una referencia a sí mismos. Ciertamente, suena raro decir algo que se entiende por sí solo, pero únicamente cuando se ha llegado a un pleno acuerdo sobre lo conocido cabe pasar juntos hacia lo desconocido.”

martes, 6 de julio de 2010

La tía Tula, de Miguel de Unamuno

Ahora ya conozco cual es la tragedia de La tía Tula. Una tragedia pedagógica. Cierro la tapa del libro y me siento lector y testigo de un infortunio fatídico donde deslumbra la huella moral y espiritual que Gertrudis imprimió en su familia. Leer a Unamuno es ir a lo seguro y en esta ocasión, con la llegada de los calores, he dirigido mi mirada a una de las mejores obras de la literatura en castellano del siglo XX. Ha sido un placer conocer a esta mujer inconformista, indomable y moderna, de una personalidad y ética férreas. Poderosamente inteligente. Universalmente materna. Un amor en la literatura que eclipsa inexorablemente a todo lo cercano irreverente.

El argumento es magnético. Se despliega con una triada. Gertrudis, su hermana Rosa y Ramiro, el pretendiente de Rosa. Gertrudis hará de Celestina consiguiendo que Ramiro se convierta en su cuñado casi de la noche a la mañana. Como todos los matrimonios disfrutarán de su noche de bodas y al poco empezarán a llegar los hijos. Ahí tenemos ya a Gertrudis ejerciendo de tía Tula. Tía de tres sobrinos. Pero el tercero debilita mortalmente a Rosa y ésta le pide a su hermana que le prometa que no deje por nada del mundo que tengan madrastra y que se case con su marido, con Ramiro, tras su muerte. A partir de este punto crítico entenderán porque la obra es una joya de nuestra literatura.

La tía Tula representa el alma de cualquier tía de cualquier familia funcionalmente bienhechora. Sé que Gertrudis no es de carne y hueso pero le he cogido mucho cariño. Me ha permitido reflexionar sobre muchas cuestiones afines al afecto y a la protección familiar. Gertrudis es una heroína. Libre. La heroína más libre que he conocido en toda la literatura. Siempre protegerá el corazón de sus lectores. La declaro protagonista de nuestra eterna memoria colectiva. La declaro un Huracán en papel. Una vez más... ¡Unamunémonos!

“La tradición del arte de las abejas de la fábrica del panal y el laboreo de la miel y la cera, es, pues, colateral y no de transmisión de carne, sino de espíritu, y débase a las tías, a las abejas que ni fecundan huevecillos ni los ponen.”

jueves, 1 de julio de 2010

Radio Ciudad Perdida, de Daniel Alarcón

La buena escritura habla por sí misma y ésta es de las que deja huella. No porque esté avalada por sus premios o por su respaldo mediático, sino porque al leerla te toca. El "peruano" Daniel Alarcón se ha consagrado en la literatura actual como uno de los veinte faros más luminosos de todos los jóvenes escritores norteamericanos de su generación que están por debajo de los cuarenta años. Así lo ha enunciado el prestigioso grupo de editores de The New Yorker en un artículo publicado a mediados de junio. Cuentan que están brotando y floreciendo jóvenes y deslumbrantes talentos que representan las múltiples hebras de la inventiva y la vitalidad que caracteriza a la mejor ficción. De los veinte elegidos, Alarcón es el único que maneja el castellano.

Radio Ciudad Perdida fue escrita en inglés. Alarcón ha ingerido de niño una herencia literaria anglosajona. Todo lo que ha leído lo ha hecho en inglés. Ha sido lector de Shakespeare y nunca ha buceado en El Quijote. Para escribir utiliza siempre las técnicas literarias de los mejores escritores en lengua inglesa, porque es como más cómodo se siente. La lectura que hoy les presento es su traducción. Alarcón ha vivido en los EEUU desde los tres años y fue educado en inglés. La narración es muy limpia. Sencilla. Directa. Te atraviesa como las ondas radiofónicas.

Radio Ciudad Perdida es un análisis de la historia de Perú. Un intento por recuperar la memoria a través de una compleja investigación de hechos y testimonios que desvelan el trauma y el dolor. La familia de Alarcón se marchó de Perú en los años ochenta y él en esta incompresiva separación de sus raíces necesitaba recobrar en forma literaria esa niñez que no tuvo en el Perú. Un deseo por entender qué pasaba en su país de origen mientras el vivía en los EEUU, haciéndose consciente de la vida tan diferente que hubiera tenido en Lima.

Sus temas de análisis son la violencia, las migraciones, el movimiento de personas de la periferia al centro o viceversa. Temas que proceden de su propia biografía familiar y que han marcado su vida. Alarcón viajó como antropólogo por África, Medio Oriente y Asia recabando datos periodísticos de diferentes culturas. Radio Ciudad Perdida supuso una exploración minuciosa de su país natal convirtiéndola en una novela muy latinoamericana de un país sin nombre porque entendió que la problemática existente no era en ninguno de los sentidos localista sino todo lo contrario: mundial. Ocurría en muchas partes del mundo.

La idea original de titular de esta manera su obra surge de un programa de radio llamado Busca personas que se emitió durante los años 2001 y 2002 en Lima. Alarcón era fan de este programa y lo escuchaba cada domingo. Descubrió que el mismo formato existía en la mayor parte de los países, también África o la Unión Soviética, donde habían ocurrido graves guerras. Se daba en similares circunstancias, desaparecidos que habían emigrado a ciudades extrañas en las que debían encontrar su camino. Un síntoma de una enfermedad social que ocurría en muchas partes del planeta. La desaparición o la pérdida de personas queridas. El frío del silencio. La incertidumbre del Gran Apagón.

Prefiero no contarles nada sobre argumento. Tan sólo hacer mención a tres personajes que provocan una atracción hercúlea en la historia: Víctor, el niño de once años y medio, Zahir y Rey, el botánico. Hay magia en ellos. Todas las hojas del libro están vivas, son como plantas de una misma selva o como ventanas de una misma ciudad, por donde atraviesan las ondas anímicas de Radio Ciudad Perdida, una heterotopía para el tránsito. Les gustará. Seguro. No la pierdan de vista porque su efecto resuena en las profundas cavidades del alma. Es desgarradora.

“Estaban incendiado todo. Arrasaban las casas con bulldozers y prendían fuego a los escombros. De noche, desde la sala de reuniones, podía verse, hacia el este, el distrito en llamas. De día, el humo cubría la ciudad, pero ni los periódicos ni la mayoría de emisoras de radio lo mencionaban.”