HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

jueves, 4 de noviembre de 2010

El horizonte, de Patrick Modiano

“Aquellas noches, las calles desiertas y silenciosas del barrio eran líneas de fuga que desembocaban todas en el porvenir y en el horizonte.

Modiano regresa a la búsqueda de identidad mediante los claroscuros de la memoria, evocando escenas, calles y personajes que esculpieron la orografía de sus vivencias. Una de ellas le conectará con un caudaloso torrente de experiencias y descripciones. Esta novela narra sus episodios de juventud, episodios sin ilación, interrumpidos en seco, con rostros sin nombre y encuentros fugitivos.

Jean Bosman, huyendo de los disturbios de una manifestación en una boca de metro de París, es arrojado por la multitud contra Margaret Le Coz.

“Bosmans había leído en alguna parte que un primer encuentro entre dos personas es como una herida leve que ambos notan y que les despierta de su soledad y su embotamiento.”

Una de sus preguntas recurrentes es por qué no conoció a Margaret antes, por qué irrumpió en su vida de esa manera abrupta, como un herida, si frecuentaban las mismas calles, los mismos cafés. Seguramente se habían cruzado caminando. Ahora le daba la impresión de haberse despertado de pronto de aquel embobamiento y siente que tienen que quedar ondas, en cada uno de los escenarios, un eco de su paso por el hotel y por las calles circundantes, huellas suspendidas en el aire, en un presente eterno.

Y con estas apreciaciones podríamos desprendernos rápidamente de esta breve obra. A partir de las veinte primeras páginas el diálogo se hace monótono y la capacidad de enigma de Modiano, premio Goncourt del 78, se diluye en la nada, produciendo una sensación de cansancio y de horizonte apagado, tras otra caminata errante por los laberintos de asfalto de París, y privados de los destellos que nos salpicó con Joyita. El horizonte Modiano nos deja una novela manida en el particular mundo onírico de este exquisito escritor al que tenemos por uno de los mejores narradores franceses vivos junto con Jean Echenoz. No ha acertado con la idea, ni la ha recubierto con toda su literariedad. El final en Berlín me tranquilizó un poco pero es esta frase la que más me va durar. Es nuclear.

“Quiero a quien me quiere.”

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