HURACANES EN PAPEL™ - Reseñas literarias

Sólo me queda esperar la aparición de un Nuevo Tifón Literario de magnitud cinco como los producidos por Mikhail Bulgakov, Thomas Pynchon o Roberto Bolaño. Ese día llegará y mi búsqueda no habrá sido en vano. Huracanes en papel™ 2007-2024

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Big Time: la gran vida de Perico Vidal, de Marcos Ordoñez

Literatura vital. Una obra narrativa que contiene gotas de jazz, partículas luminosas de David Lean o anécdotas de Luís Buñuel, es literatura ad ovo, susceptible de ser bebida por Tránsito Blum. Y si además, la firma una editorial tan potente como Libros del Asteroide entonces ¡Kapow! Entramos en tórrida eclosión. 

¿Quién es Perico Vidal? Un tipo muy interesante. Un español entregado al cine, convertido en uno de los ayudantes de dirección más importantes de Hollywood, que debutó con Orson Wells en Mr. Arkadin, que trabajó con Mankiewicz, Sinatra, Robert Mitchum, Ava Gadner, Sophia Loren, pero que sobretodo y finalmente conoció a su gran maestro: David Lean, el director entregado en cuerpo y alma a sus películas, con una mirada que todo lo abarcaba, excepcionalmente atento a todos los detalles, y que se rodeó sólo de los más amantes al cine. Con Lean, el séptimo arte se convirtió en su religión y en una vida dedicada al gran espectáculo y al intimismo más personal, pero sufriendo en segundo plano los avatares del alcoholismo, que le llevaban al abatimiento y a la depresión.

Big Time  es una novela biográfica, narrada con ritmo y sencillez, mostrando una elegancia inusual en sus capítulos, en base a las múltiples escenas, personajes y anécdotas que permiten revivir una época olvidada de la farándula española, y capturada con precisión fotográfica en la memoria de sus protagonistas, mientras el cine se adueñaba de Perico Vidal y se convertía en una forma de huir y de sobrevivir a las pérdidas del tiempo, transformando su espíritu en delfín. Unido a las más bellas cosas que existieron en su vida. Dejando una estela de pasión y profesionalidad que nadie en la Meca del cine podrá negar. Bienvenidos a todo lo que dio vida y sentido a Laurence de Arabia, Doctor Zhivago y La hija de Ryan. Si te gusta el cine, no se te puede escapar.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Los reconocimientos, de William Gaddis

El ejemplar que recibí estaba deteriorado. Lo tenían herido en el Depósito de la Biblioteca Pública de Doctor Cerrada en Zaragoza, donde yacen las obras longevas que requieren más cuidado y protección.  La tapa blanda se desprendía del lomo. La bibliotecaria, una mujer mayor de ojos alegres y sonrisa insumergible, me lo entregó con mano administrativa, sin evaluar la pieza y sin inmutarse por ella, únicamente mirando mi rostro a la espera de que desapareciera ufano y jubiloso por su grata labor de intermediaria de la cultura. Pero no pudo ser. No fue tan bonito como ella estimó porque al coger Los Reconocimientos de William Gaddis, los ojos se me abrieron, estupefactos, al ver tres tristes tiras de celo, llenas de polvo y colocadas sin sentido con el fin de malauxiliar  una cubierta al borde del estrago y aspiré asustado el aire que allí se hallaba y sentí un fuego abrasador en mis pulmones, porque su entrega era su clara despreocupación per sé, y eso me hacía a mi responsable de la custodia y conservación del ejemplar, y detuve el proceso, objetando el deterioro y el riesgo de fragmentarse aún más si me lo llevaba en esas condiciones. Su sonrisa naufragó en su rostro y la vi que dejó de flotar. Recobró el libro con manos agitadas para intentarlo reparar, con una rapidez que me produjo aún más zozobra e intranquilidad, porque no congregó el tiempo mínimo para lo que tenía que examinar y levantó presurosa la primera tira de celo, suponiendo que aquello iba a ser como coser y cantar, y en el desabrido tirón, desprendió un trozo de cubierta que se quedó adherido al celo, rompiendo el ejemplar, y yo me exalté intentando ser discreto, pero sentí un desgarro en la piel como si me hubieran depilado con cera la zona más ingenua del pecho, como si hubieran desterrado a un amigo en un forzado exilio por un error de desafección, dejando una cicatriz visible, blanca, que a partir de ahora se podrá distinguir en la tapa de este ejemplar maltrecho y lastimado, que esconde la herencia literaria de uno de los mejores escritores norteamericanos y más experimentales, consumada en 1952. Me tragué mi impotencia y mi fragilidad y me fui flotando de allí, como si nada perteneciera a esta realidad, tampoco las palabras y mucho menos los reconocimientos. Huí con el libro en mis manos por el primer punto de fuga que encontré y me refugié en una habitación de casa colmada de libros, con la perfecta atmósfera anónima. Retiré todo lo que había encima de la mesa y honré la obra de Gaddis colocándola en un atril, como si fuera un fetiche o una musa para poderse deleitar. Estuve un tiempo, no recuerdo cuanto, examinándola a la luz del atardecer, palpando la textura del papel, apreciando su peso, advirtiendo sus perfumes de abandono, encierro y oscuridad, la contemplé atento a los sonidos que producía volver las hojas o cerrar la cubierta irregular. La observé una y otra vez sorprendido, fascinado. Y me dispuse a leer sus más de mil páginas por todo aquello que iba a ser mi deber reconocer.

Han pasado once días y creo haber estado viajando sin cesar, saltando en el tiempo por varios países de identidad occidental. Quiero reconocer que ha sido una experiencia insólita, hermosa, frágil y monumental. La prosa de Gaddis conquista y avanza con una estética ágil y poética. Europa y Norteamérica están retratadas con toda su celebridad y detalle. Gaddis se me aparece como la suma de Hemingway y Joyce y su personaje Wyatt Gwydon como un perfecto Hombre del Renacimiento que crea una obra y deja de ser suya para pertenecer a la Humanidad. Hoy la devolveré al Depósito para que otra persona la desentierre y pueda reconocer toda su realidad. ¡Blum!

"Bueno, hay lugares más reales; hay lugares en libros, hay gente en obras de teatro más real que ... todo eso."



viernes, 12 de septiembre de 2014

Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez

Basada en un hecho real. Narrada tan de cerca que el agua te salpica y te despierta. Y cuando la has terminado de leer sientes que la vida es mucho más intensa y enigmática y el mar se convierte en símbolo de un océano interior, agente que transita e intercede entre lo voluble y lo formal, entre lo efímero y lo fatídico, como toda fuente rebosante de vigor.

"Aquel sol que empezaba a ampollarme la piel y con aquella hambre que me dolía el estómago. Y sobre todo con aquella sed. Cada vez me resultaba más difícil respirar."

Esta historia se hace real porque está reconstruida con una literatura sensible y arriesgada, con tesón y compromiso, cuando Gabriel García Márquez trabajaba de reportero de planta en el diario El Espectador de Bogotá, bajo la dictadura militar y folklórica del general Gustavo Rojas Pinilla, autor de la matanza de decenas de estudiantes en el centro de la capital cuando participaban en una manifestación pacífica, y de la muerte de varios taurófilos dominicales que abuchearon a la hija del dictador en la plaza de toros. La prensa estaba entonces censurada y este relato pudo costarle el pellejo al Premio Nobel. Sólo por eso merece ya el empeño de leerla. Pero, dejando de lado el contexto político y social, Relato de un náufrago alcanza la gloria por ser una obra de recorrido trascendental que finaliza en victoria sobre los dos peligros esenciales de todo navegar: la destrucción y triunfo del océano contra el hombre, como metáfora de lo inconsciente; o el retroceso que sume al individuo hacia una regresión y un estancamiento desolador. No se la pierdan y encuéntrenla.  Yo la leí a orillas del mar mediterráneo mientras las olas besaban mis pies. No recuerdo si fue casualidad. Seguramente no y un poco sí.




martes, 9 de septiembre de 2014

La caída de la Casa Usher, de Edgar Allan Poe

Faltan dos semanas para que entre el otoño y ya he empezado a sentir una cautelosa necesidad de prepararme para la rayana oscuridad. Cuando la noche se cierra sobre la ciudad me da un tiempo muy valioso para indagar y sondear los cimientos de nuestro mundo interior. Existe un material muy fecundo para el psicoanálisis que habita en los relatos del horror. Al entrar en la librería pensé en esto y seleccioné una obra que por su prestigio me ayudaría en esta enigmática excursión. ¿Por qué? Porque estoy poniendo a punto y completando un proyecto que tiene efectos muy positivos para el ánimo y en breve ejercerá su acción. ¿Y qué tiene que ver Allan Poe?

La literatura de terror ha sido la vía más utilizada para expresar ideas subversivas de manera enmascarada, escondidas dentro de historias imposibles, pues aquello que nos aleja de lo real es lo que nos permite burlar los prejuicios y las censuras, exponiendo conceptos difícilmente descifrables en formatos más explícitos. Nuevamente el arte de la ficción auxiliando a la realidad.

La caída de la Casa Usher recoge magistralmente gran parte de los símbolos del subconsciente capaces de despertar nuestros miedos internos y ocultos más atemorizantes. Edgar Allan Poe construye sus relatos atendiendo a dichos rasgos profundos del comportamiento emocional, que están ligados a mecanismos biológicos muy antiguos, implícitos en la supervivencia, y que disparan nuestras alertas sin un aprendizaje previo, trabajando a nivel inconsciente. Ruidos, aflicción, lo extraño e inusitado, metáforas de lo desconocido, ambientes lúgubres, góticos y sombríos, la pérdida inaudita de un soporte firme que suscita inestabilidad. Elementos vinculados a una estructura humana común que va produciendo su terror en relación a las presiones que cada uno recibe en su cotidianidad. Lo que sigue es el argumento. Estén atentos a las variaciones térmicas de su piel.

Un joven caballero es invitado al viejo caserón de un amigo de la infancia, Roderick Usher, artista enfermizo y excéntrico que vive completamente recluido en compañía de su hermana, Lady Madeline, también delicada de salud. Usher vive presa de una enfermedad indefinible, lo que hace a todos temer por su vida. Todo acabará en un trágico final. 

El inicio del relato no puede ser más magnético y además la narración es tan perfecta que se puede releer tantas veces como uno quiera. Se trata del mejor relato escrito por Edgar Allan Poe. Ninguno lo supera, y si fuera así, invito al afortunado a revelarlo. Aquí yacen ocultos muchos de los misterios de la angustia del ser humano que esperan ser liberados para ampliar la conciencia y conseguir más armonía y plenitud. ¡Blum!


"Durante todo un día de otoño, triste, oscuro, silencioso, cuando las nubes se cernían bajas y pesadas en el cielo, crucé solo, a caballo, una región singularmente lúgubre del país; y, al fin, al acercarse las sombras de la noche, me encontré a la vista de la melancólica Casa Usher. No sé cómo fue, pero a la primera mirada que eché al edificio invadió mi espíritu un sentimiento de insoportable tristeza."

jueves, 4 de septiembre de 2014

Enterrar a los muertos, de Ignacio Martínez de Pisón

Literatura trepidante. Desde la primera línea Ignacio Martínez de Pisón conoce el mecanismo para volcarte en la historia e introducirte en una época que rebosa personales ilustres, hechos históricos y memoria colectiva.

Dos jóvenes universitarios, José Robles y el norteamericano John Dos Passos, se conocen en un vagón de tren de tercera clase que se dirige a Toledo, y hablan de pintura, literatura y poesía. Al bajar del ferrocarril se van juntos a presenciar El entierro del conde Orgaz del Greco. Entre ellos surge una noble amistad en la que comparten aficiones de viaje, inquietudes culturales y simpatía por los idiomas. Años después Pepe Robles será quien traduzca al castellano Manhattan Transfer de John Dos Passos. Pero tiempo después, instalado en EEUU, decide regresar a España para ponerse al servicio del gobierno republicano. Los servicios secretos soviéticos le detienen y desaparece, dejando una incógnita penosa. Su amigo, John Dos Passos, regresa a España para colaborar en un documental de propaganda republicana, titulada Tierra de España y se entera de su asesinato. Empeñado en averiguar la verdad, choca contra una tupida conspiración de silencio y mentiras, que acabará determinando su evolución ideológica y provocando una ruptura de su vieja amistad con Hemingway. 

Enterrar a los muertos es un producto literario muy exigente que combina la documentación rigurosa y la recreación biográfica, de una muerte que representa la insensatez de la guerra y la  vileza que supone justificar los medios para llegar a un fin que es siempre dudoso. Ignacio Martínez de Pisón pinta con palabras ágiles y precisas, como lo hizo el Greco con su pincel y su técnica cromática, un hecho que está hinchado de ricos detalles y que conforman el cosmos de nuestra guerra civil española, y por lo tanto de nuestra historia colectiva. Su narrativa es excepcional. He querido percatarme de su talento literario, antes de introducirme en su última y más contemporánea obra, que intuyo será un acierto. Volveremos a tenerle en este blog tan huracanado. ¡Blum!

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Kassel no invita a la lógica, de Enrique Vila-Matas

No leo a Enrique Vila-Matas para comprender la trastienda cerebral de un hombre sabio de mi país, aunque éste enfoque también resultaría interesante. Leo a Enrique Vila-Matas porque su literatura se encuentra en una dimensión absolutamente desconocida en la escritura, y porque su tono y su elegancia me hacen sentirme vivo y me permiten sobrevolar cualquier plano de esta incierta realidad, con entusiasmo y plenitud. Su mentira me envuelve y me sube a lomos de un dragón honorable que recorre ríos curvilíneos para guardar tesoros subterráneos mientras atrás, denostados, dejamos la niebla húmeda y plúmbea. 

Kassel no invita a la lógica es un impulso hacia un mundo más personal y onírico, a modo de brisa sutil que ejerce de pretexto para el cambio, de movimiento y de tránsito, que devuelve al ser humano a un estado de gran entusiasmo para iniciar ese viaje sin rumbo, como el barco ebrio de Rimbaud que emprende el extravío en un viaje sin fin. 

Vila-Matas nos recuerda que "en lo más recóndito de nuestras cabezas está una enorme trastienda cerebral, feroz, territorial, cargada de miedos, de irracionalidades, de instintos asesinos" y que por eso inventamos la Razón, para contraponerla al gran embrollo del vacío general, tan letal.

"Disculpas por Descartes"

Su literatura posee tal fuerza de contagio, que al terminar de leer su enigmática quimera, deja una luminosa e inmensa estela de referencias literarias, escritores y obras artísticas, arrojados como astros para estimular el próximo rumbo: vivir lo más cerca posible de su metaliteratura. Su obsesión literaria es arte en sí. Ahora, va a ser imposible renunciar a Kassel. Ahora, me siento obligado a leer a Williams Gaddis. Gracias V-M. Eres admirable. Te deseo el Premio Nobel de Literatura y que saques otra obra en cuanto puedas. ¡Wyatt!

"El arte es lo que nos sucede."

martes, 19 de agosto de 2014

Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje, de Miguel Griot

Miguel Griot es el J.D. Salinger de la Generación X española y el Dave Eggers de la literatura castellana. Su primera novela deja testimonio del triunfo de la esperanza sobre la experiencia y de la resistencia y la lucha humana ante la tragedia y el desastre. La elección de su tema define con precisión la altura de su escritura. Su construcción literaria procede del estudio y de activar una conciencia despierta.

Puesto que el arte literario se mide por su capacidad de abrirte los ojos, la obra de Miguel Griot actúa como unas manos que te van quitando la venda hasta recuperar la mirada y la humanidad, lo que demuestra ser claramente una literatura de talento, una literatura dispuesta al tránsito, que no puede dejarte indiferente.

Escrita con la naturalidad de quien posee un don, la lectura fluye a gran velocidad y las hojas desaparecen como gaviotas en la aurora, fundidas en el horizonte, donde las promesas son de color azul. Con un estilo sobrio y minimalista, heredero de las riquezas de Hemingway, irá apareciendo Iqbal Masih, fragmento a fragmento, hasta completar el mosaico de una gran verdad, desde la interpretación de más de veinte personajes diferentes que le conocieron y que te harán reflexionar y observar con la nitidez de un deseo crepitante, que traspasará la curiosidad.

Al cerrar el libro, verás el rostro vivo de Iqbal Masih, sentirás su vida, pertenecerás a su historia y cualquier alfombra que te encuentres ya no será una alfombra más. Avivará tu humanidad. Corre a conocer esta historia. Está llena de osadía, de inteligencia y de sensibilidad. Gracias Miguel Griot. Estás trayendo una nueva literatura, la que sobrevuela y transforma nuestra realidad, como lo fue el espíritu de Iqbal Masih. Esto es un Huracán en papel. ¡Cójanlo!


domingo, 3 de agosto de 2014

La vida de las mujeres, de Alice Munro

La "Chéjov canadiense". Durante muchos años Alice Munro fue una escritora secreta. Casi nadie la conocía. Vivió inmersa en un ambiente rural, en una granja de Ontario durante una época de depresión económica, forjando sus percepciones en lo más elemental, clave y trasfondo de su literatura naturalista.

La vida de las mujeres ha sido su única novela y además una obra autobiográfica. Alice Munro se especializó en cuentos y relatos, pero iniciada su carrera de escritora le entregó a los lectores, en 1971, una visión de su pasado para liberarse de todo y comenzar a crear su nueva vida desde las letras. Se subió al autobús con una pequeña maleta, libre por fin de fantasías y autoengaños, desligada de los errores y de la confusión del pasado, seria y sencilla, como las chicas de las películas que dejan sus casas, conventos, amantes, para emprender su vida real.

Elegí esta novela porque en la estantería de libros de bolsillo no encontré ningún escritor que me reportara confianza. Alice Munro eran palabras mayores. El año pasado recibió el Premio Nobel de Literatura y no es frecuente que una mujer reciba este inmenso reconocimiento. Tan sólo trece mujeres lo han conseguido, pero no es extraño. La Academia de Suecia ha sabido siempre y muy bien, hacerse la sueca. La cuestión es que mi experiencia literaria con la anterior premiada, Herta Müller, con su obra En tierras desafortunadas fue luminosa y poética. Cuando leo, deseo la mejor literatura posible que exista a mi alcance. Esta vez era el turno de Alice Munro. No pude escoger con más acierto. La encontré en una librería de Lanzarote. Digamos que ella vino a mi y yo la recibí entregado, como un gran regalo de verano.

Dejo aquí escrito que fue un placer. Su literatura es muy fluída. Me encantaron sus episodios eróticos en la furgoneta con Garnet French, y voy a hacer caso a su interesante recomendación de nutrir el cerebro con todas las vitaminas B, obtenidas del arroz integral y la harina sin refinar. Tiene su lógica. De todas formas, si por algo sale mal y afecta a mis capacidades cognitivas, lo notareis en la próxima crítica literaria, si por ejemplo hablo bien de la escritura de Megan Maxwell, J. Kenner o Patricia Geller. ¡Buen verano!


"El sexo es la rendición al cuerpo, es un acto de humildad."



miércoles, 23 de julio de 2014

Ciudad de cristal, de Paul Auster


Metaliteratura de tránsito. Paul Auster siempre es una incógnita. Este relato supuso la apertura a Trilogía de Nueva York, la obra que reinventó el género policíaco a modo quijotesco y con la que entró en diálogo profundo con la identidad y la realidad contemporánea, aquejada de fragmentación. Paul Auster se escinde y se entrelaza entre realidad y ficción.

En mitad de la noche, alguien llama por teléfono a Daniel Quinn, un escritor de novelas policíacas que firma bajo pseudónimo y que ha renunciado a su carrerra como poeta. La voz al otro lado de la línea pregunta insistentemente por un investigador privado llamado Paul Auster, porque quiere encomendarle  una misión. Quinn decide dejarse llevar por la casualidad y asumir la identidad de detective, como si se tratara del protagonista de una de sus novelas. La escusa perfecta para perderse por las calles de Nueva York, el laberinto del Nuevo Mundo.

Ciudad de cristal bosqueja el futuro de las esperanzas humanas y nos da la pista para nuestra salvación: convertirnos en los amos de las palabras que  decimos y hacer que el lenguaje responda a nuestras necesidades.

El hombre es un ser caído. Se cae del muro y nadie puede volver a juntar los pedazos; ni el rey, ni sus caballos, ni sus hombres. Su misión consiste en juntar los pedazos del huevo que todos representamos, un ejemplo de lo por venir y puro potencial. Les gustará la lectura. Es catártica. ¡Disfruten!

martes, 18 de marzo de 2014

Así es como la pierdes, de Junot Díaz

Muy pocas primeras novelas han recibido la alabanza y elogios que tuvo Junot Díaz con La maravillosa vida breve de Oscar Wao, una novela lírica, que no sólo fue un éxito de ventas, sino que también ganó el National Book Critics Circle y el Premio Pulitzer 2008 .

Yunior, uno de los narradores de aquel libro, vuelve a narrar las nueve historias enlazadas de esta nueva y simpática colección de relatos. Conmigo tan sólo han funcionado las tres primeras: El sol, la luna, las estrellas, Nilda y Alma. El resto, preferiría haberlas evitado. Se hacen muy repetitivas.

En la primera historia, Yunior afirma: 

"Yo no soy un mal tipo... Soy como todo el mundo: débil, lleno de errores, pero básicamente bueno."

Sin embargo, su novia, Magda, lo considera un mujeriego, y sus sospechas se confirman cuando ella recibe una carta de Cassandra, una de sus compañeras de trabajo, detallando la aventura de una noche con ella. 

"Pero entonces llegó la Carta y explotó como una granada de Star Trek acabando con todo pasado, presente, futuro. De buenas a primeras sus padres me querían matar. No importaba que los hubiera ayudado con sus impuestos en los últimos dos años o que les cortara el césped. Su papá, quien me había tratado como a su propio hijo, ahora al contestar el teléfono me llama hijoeputa y suena como si se estuviera ahorcando con el cable del teléfono. No mereces que te hable en español, me dice." 

Magda es a la vez tenaz y sensible. Lleva el daño en las aguas de su recuerdo y en represalia cambia de comportamiento. Se corta el pelo, se compra un mejor maquillaje, ropa nueva, sale a bailar los viernes con sus amigos. Cuando le pregunta si pueden irse a la cama a descansar, la mayor parte del tiempo ella le ningunea diciendo: –"No, preferiría no hacerlo". Y cuando le pregunta qué demonios piensa que es esto, dice: –"Eso es lo que estoy tratando de averiguar".

Cortejándola con la esperanza de la redención, Yunior derrocha el dinero en unas vacaciones en la mejor Casa de Campo de Santo Domingo. Mientras tanto, Magda luce un bacanísimo bikini con colores de Ochún que sus amiguitas le ayudan a escoger para torturarle, y cada vez que él se sumerge en el agua para darse un baño, aparecen mensajeros mediterráneos del amor  que comienzan a rapear con ella, causándole una frenética inseguridad.

El sol, la luna, las estrellas proporciona el modelo narrativo para la mayoría de historias que cuentan con Yunior, un nerd, autolacerante y pelma de hotel que confunde el deseo con el amor y por lo general destruye sus relaciones con los celos, la infidelidad, el machismo o la mera incapacidad de actuar.

En repetidas ocasiones las mujeres de todas estas historias miran más allá del hombre y lo afligen con sus recriminaciones y su furia. Nilda, la novia de Rafa, el moribundo hermano mayor de Yunior, se convierte en objeto de atracción en un contexto marginal pero muy intenso en emociones. El mundo del cómic reaparece en este relato amplificando la evasión y el esperpento dominicano.

Alma, la tercera Latina de Yunior, descubre su diario y lee que él ha estado teniendo un romance con una chica muy hermosa de Guyana. Yunior queda abrumado por una tristeza pelágica. La tristeza por haber sido sorprendido, por un conocimiento incontrovertible de que nunca le perdonará. Y es así sencillamente como se pierde a una mujer. Ahora te toca pensar a ti.

viernes, 14 de marzo de 2014

Ejército enemigo, de Alberto Olmos

Esta es una obra poderosa, que se alza entre la espesura y te aspira irrefrenable y te deforma hacia la alta literatura. No es una obra maestra pero sí un ejemplo de maestría del lenguaje. Aquí encuentro, por fin, un Nuevo Tifón Literario, de una plasticidad epicúrea y refinada, propia de un lúcido centauro de nuestra actualidad. Le sobra onanismo pero alcanza el clima y el vértigo.

Ejército enemigo muestra una verdad al mismo tiempo que una amargura pues si todas las masas sometidas a la misma atracción desapareciesen, la ley de la atracción no resultaría destruida, sino que quedaría sin aplicación posible. Y en esta tesitura se postula la tragedia de una sociedad desmantelada por la falaz banca y el incapacitado capitalismo.

"La solidaridad ha fracasado"

Nuestro tiempo ha caído en la confusión. ¿Cómo podemos resolver el binomio entre publicidad/solidaridad?, ¿nos ayudan realmente las nuevas tecnologías? ¿acaso estamos bien informados de lo que ocurre en otros lugares del mundo?. ¿Lograr la concienciación en muchos temas sociales ha promovido únicamente la pose y el cinismo?, ¿dónde se encuentra el enemigo a batir?, ¿ha desaparecido de nuestra visión y luchamos dando palos de ciego? Grandes temas expuestos con excelentes diálogos, astucia y desasosiego. Funciona a la perfección.

Pero yo quiero destacar el fondo que aquí subyace y que convierte la literatura de Alberto Olmos en toda una cosmovisión narrativa gracias a su diagnóstico de la intimidad. Contemplarán en esta obra uno de los modernos espectáculos de internet, la Chatroulotte o la filosofia del Next (F2). Empieza el juego. Conecta tu cámara, comienza la aventura. Miles de internautas adictos al voyeur más casual quedan unidos por azar en sus pantallas de ordenador. Observándose. La ruleta gira las habitaciones pixeladas. ¿Quién estará en el siguiente cuarto? Puedo "elegir" que lleguen por países. ¿Qué harán esta vez? ¿Cuanto tiempo me permitirán permanecer como actor–espectador? ¿seré yo quien ejecute el F2 de la indiferencia? Por cada veinte chicos aparece una chica, a veces forman parejas. ¿Podré regresar a mi mundo cotidiano o encenderá toda una convulsión de deseos y reflexiones? Sepan que esta práctica se extiende como la pólvora en todos los hogares enlazados a internet. Confieso que a mi me ha causado desazón. Otras veces repugnancia. Y otras muchas, humanidad. Tal vez es el momento de que nuestro cuerpo, la ternura, la creación, la acción y la nobleza humana recuperen su lugar en este mundo insensato en el que se nutre nuestra grandeza.  En base a estos desafíos. Pero tengan muchísimo cuidado. Pueden lesionar gravemente su intimidad y la intimidad ajena. Es un juego muy arriesgado. Nadie sabe muy bien lo que hace. Cunde el rostro atónito y expectante en la Chatroulotte.

Leer esta novela o este destino, supone experimentarlo plenamente y hacer que viva lo absurdo. Contemplarlo. Si le damos la espalda, muere. Por esto mismo, sólo nos queda la rebelión, el enfrentamiento perpetuo del hombre con su propia oscuridad. Poned al mundo en tela de juicio en cada uno de sus segundos, porque puede que lo que importe no es vivir lo mejor posible sino lo más posible, con la mayor cantidad de vivencias. No sé si este mundo tiene un sentido que lo supera. Lo que sí sé es que no conozco ese sentido y que de momento me es imposible conocerlo. Sólo puedo comprender en términos de certeza, mi exigencia de hallar claridad y cohesión, el deseo de unidad, el apetito por resolver la tensión. Y Alberto Olmos ayuda como ningún otro. Tiene pericia. Es segoviano y coetáneo. Un absoluto placer. Un tránsito. ¡Blum!

"[...] la solidaridad debe iniciar el camino hacia la intimidad, [...] debe ser una acción que a uno le cueste algo, no sólo hacer clic en una de esas payasadas de red social o ir a un concierto. No se puede cambiar el mundo haciendo fiestas."

lunes, 24 de febrero de 2014

Deseo, de Liam O'Flaherty

Irlanda ha entregado a la literatura inglesa una vasta demostración de su riqueza narrativa con autores de la talla de Jonathan Swift, Oscar Wilde, Bram Stoker, Arthur Conan Doyle, George Bernard Shaw, Yeats, James Joyce y Samuel Beckett. Inolvidables hombres de genio, procedentes de esa ignorada isla perdida en el norte de Europa. 

Liam O'Flaherty también pertenece a esta valiosa lista incompleta de inmortales, con  altos méritos literarios,  demostrando ser una de las voces más fuertes de la cultura irlandesa. Él y John Ford eran primos. 

Deseo, publicada en 1953, está considerada la mejor obra escrita en irlandés (gaélico). Contiene dieciocho relatos. Sus frases cortas y directas, de estilo ágil y una poderosa riqueza verbal le sirvieron para construir a la perfección una ficción naturalista que traslada los colores, las gentes, el paisaje y sus animales, con plena intensidad al cuadrilátero letrado de nuestra imaginación. En sus obras está condensada Irlanda, con su dramatismo, su ironía y su humor inteligente. Muy atentos a los relatos La muerte de la vacaLa Laguna Encantada La estafeta. Tan sólo necesitarán prepararse un Barry's tea mientras lo leen para  agudizar la experiencia. La edición de Nórdica Libros es un lujo. 


"Había una gran roca que se extendía junto al mar, y estrechos valles tapizados de hierba que serpeaban aquí y allá entre las peñas, desde lo alto del acantilado." 


miércoles, 22 de enero de 2014

84, Charing Cross Road, de Helene Hanff

Literatura de culto. Helene Hanff nace en 1916 en Filadelfia en el seno de una familia recién inmigrada con muy pocos recursos. Durante los años de la Gran Depresión consigue ir con regularidad al teatro gracias a un trueque semanal que hace su padre con las camisas que vende. Con veinte años, Helene se decide a escribir obras de teatro y dos años después consigue una beca que le permite instalarse en Manhattan. La coproductora Theater Guild le retira su protección porque no consigue dar con una historia que funcione. Helene llega a sobrevivir como guionista para la televisión americana, escribiendo guiones de crímenes para la serie Ellery Queen.

En 1949 decide suplir los años de estudios que jamás ha podido cursar y adquirir, sin profesores, por una auténtica cultura clásica. En el marco de esas circunstancias, tras rebuscar sin éxito en las decepcionantes estanterías de las grandes librerías americanas, descubre el pequeño anuncio de Mark & Co. y escribe de inmediato la primera de sus cartas al 84, Charing Cross Road. La correspondencia se prolonga durante veinte años y se le acumula en sus cajones.

Un día decide cedérsela a un amigo y éste la entrega inmediatamente a una editorial que esa misma tarde llama a Helene para comunicarle que las van a publicar en formato de libro. ¡Está usted loco!–exclama ella. Pocos meses después se convierte en un éxito y millares de lectores la escriben y el libro genera una resonancia inmensa. Producen incluso una obra de teatro. La BBC saca un telefilm basado en la obra y Hollywood se la apropia con un reparto de lujo, con Anthony Hopkins y Anne Bancroft. Se convierte en la película más bella sobre libros que jamás se ha filmado. Posiblemente la única que ha sabido plasmar bien el tema. Ahora ya la conocen. ¡Explórenla! ... porque está llena de secretos, como por ejemplo la referencia a las Memorias de Louis de Rouvroy, duque de Saint-Simon. Ojalá algún día las alcance y lleguen sus destellos a Huracanes en papel™. Quien sabe. La ruta continua hacia el gran tifón literario.

martes, 21 de enero de 2014

Memorias de un loco, de Gustave Flaubert

Faltaban diez minutos para el cierre de la librería y los pasillos se me hicieron extensos y sobrecargados para elegir otra lectura apasionada que llevarme a mi Salón Dorado de la literatura. Durante ese tiempo tan agitado debí leer una prolífica lista de autores y obras sin éxito para mis deseos. Y de repente vi a Flaubert. Literatura francesa. El maestro de Maupassant.

El título no me gustó. Tengo muy pocas ganas de ponerle atención a la sinrazón y a la insania. Sin embargo probé a leer la primera página y sentí que el orden y la estética de su lingüística cruzaba a otras estancias del alma. A un estado superior de inteligencia. Se trataba de una obra autobiográfica, escrita cuando él tenía diecisiete años. Un estudio ardiente y febril de la vida y la realidad que convierte su prosa en poesía a través de la palabra exacta. Imprescindible para un Amante de la Literatura. Tuve suerte de encontrarlo.

"Me acuerdo con qué voluptuosidad devoraba entonces las páginas de Byron y de Werther; con qué transportes leí Hamlet, Romeo, y las obras más apasionadas de nuestra época, todas aquellas, en fin, que derriten el alma en delicias o que la queman de entusiasmo."

lunes, 20 de enero de 2014

El luminoso regalo, de Manuel Vilas

Di con ella al repasar en Babelia aquellas que habían sido las diez mejores novelas nacionales del 2013. Ya no recuerdo porqué me decidí a leerla. Tenía que haberlo escrito antes para que no se me olvidara. Esto me pasa por confiar tanto en la memoria. Además, la obra me ha metido un fogonazo en los ojos y me cuesta precisar qué propició mi interés. El hecho de que fuera un escritor aragonés me acercó, por sintonía. Todo giraba en torno al sexo, lo cual la diferenciaba de las actuales novelas puritanas que no pasan más allá del verbo follar. Lo que sí recuerdo bien es que nada más comenzar a leer, surgió una mujer ninfómana, con el realismo de su mente entregada a los antojos de la lujuria. Sólo esto ya fue explosivo, pero a su vez, entró en juego Victor Dilan y la obra reventó de calor en mis manos. Hay mucha luz en su interior, así que usen unas buenas gafas Ray-Ban. Yo debo poner a descansar mis pupilas. Disculpen que no desee continuar con la reseña y ...¡gócenla! Tengo prisa por irme a por otra obra literaria antes de que caiga un asteroide y reviente nuestro mundo.  Carpe diem.

"Reina el caos"

sábado, 11 de enero de 2014

14, de Jean Echenoz

Literatura breve, elegante y poderosa. En cien páginas el escritor francés Jean Echenoz posee la maestría de introducirnos en uno de los escenarios más terribles de la historia de Europa, que este año cumple su centenario.

La Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, iniciada el 18 de julio de 1914, se convirtió en el mayor suicidio europeo, a causa de los avances tecnológicos de la industria armamentística. Una ópera sangrienta y pestilente, de dimensiones espeluznantes. Cinco hombres han ido a la guerra y una mujer espera el regreso de dos de ellos. Queda por saber si van a volver. Cuándo. Y en qué estado.

Narrada con absoluto minimalismo serán testigos de una nueva soledad espectral que acecha al hombre moderno en época de guerras industriales. La barbarie, la avaricia y las más innobles pasiones permitieron que los grandes batallones fueran abastecidos por dueños de fábricas sin escrúpulos que confeccionaban los materiales de los soldados optando por calidades deficientes y de conservación mediocre, para reducir al máximo los gastos e hincharse a beneficios, al aumentar la demanda de ropas, botas y cordones, que no aguantaban ni dos semanas en el lodo del frente. 

14 es la miniatura bélica de Echenoz, siguiendo los pasos de RavelCorrer Relámpagos. Su literatura rememora las grandes personalidades y acontecimientos para avanzar por el presente con astucia y esperanza. ¡Aprovéchenlo!




domingo, 5 de enero de 2014

Operación Dulce, de Ian McEwan

Novela inteligente de una prosa seductora, creada por una de las plumas más lúcidas del Planeta Tierra. Operación Dulce es un juego de espejos que activa al lector a pensar sobre las líneas entre la vida y el arte y las similitudes que emergen entre el espionaje y la escritura. 

A Ian McEwan le gusta que reconsideremos las suposiciones que hacemos cuando leemos una obra de ficción y en este caso conjura un Londres en la década de 1970, durante la blanda Guerra Fría, con sus problemas económicos, las preocupaciones por los atentados del IRA y la inquietante asimilación que los cambios contraculturales supusieron en los años 60. Estos aspectos de "Sweet Tooth" (título original) mantienen al lector atento y ágil a través de la novela, pero por desgracia, dichos elementos no consiguen producir una compensación suficiente hacia el artificio de la historia que se precipita a la fractura  por su final previsible. 

Entiendo que es complejo llegar siempre a la perfección de Amsterdam, Expiación o Chesil Beach. A Philip Roth y a Thomas Pynchon también les pasa. Aún así leer algo nuevo de Ian McEwan me parece un privilegio para la mente. Esperaré a la próxima entrega.